jueves, 4 de agosto de 2011

¿TE AYUDO?


El otro día una compañera de trabajo me preguntó si tenía algún colirio para los ojos, sabiendo (obviamente) que la vista es mi talón de Aquiles... Yo, canchera, sin pensarlo, le dí unas que tenía a mano y nuevas.
Quiero hacer un paréntesis para aclarar algo: la misma persona que me pidió las gotas es quien cada tanto me “provee” de muestras gratis que le trae un visitador médico amigo. Es por esto que tenía a mano un par de cajitas nuevas... dicho sea de paso... agradezco la atención M.V.
Hecha la aclaración sigo con el relato. En un momento me pregunta: - ¿a vos te arden cuando las usas?-. El comentario no me llamó la atención porque sé por experiencia que cuando tengo la vista por demás cansada uno de los síntomas es algo de ardor/picazón.
Dos días después, y al parecer mejor de la vista, se para delante mío y me dice fuerte y claro: -¿te fijaste qué gotas me diste el otro día?- , -si, le dije, colirio, el que me traés siempre, ¿por?-, -¡¡¡porque me diste gotas para el estómago, aparato!!! ¿no te diste cuenta?-.
En ese momento tomo las dos cajitas (mismo tamaño), saco los frasquitos (mismo tamaño), y leo.... ¡que le dí un antiespasmódicoooooo! -Bueeeeno, le dije, al menos no tuviste gases...-
De más está decir que el episodio se comentó rápidamente, y hasta hoy hay quien me pregunta si tengo algo para el estómago porque le duele mucho una contractura lumbar...
En fin, para mí lo que vale es la intención... y no la de intoxicar a alguien, no caigan en el chiste común, eh.
Ahora sí, ya saben que si les duele algo, o no se sienten bien, siempre tengo algo que los puede aliviar... a vos también M.V...!!!!