miércoles, 19 de junio de 2013

DEJALOS TRANQUILOS, CHE!


La pregunta más común: ¿el huevo o la gallina? Todos hemos escuchado alguna vez esta pregunta, pero hoy me referiré a otra clase de producto, con el mismo nombre pero relacionado directa e exclusivamente con el hombre. Si, con este ser que día a día sigue siendo un universo inexplicable para nuestro genero. Este ser que si bien es bastante básico y predecible, justamente es el destinatario de mi crónica de hoy, porque a veces como no puedo decir lo que pienso, debo hacer catarsis por este medio. Muchas veces me he encontrado con mensajes adhiriendo a lo que expongo en diferentes crónicas, pero lo mas dichoso para mi es cuando los mensajes no solo adhieren sino que engrosan la anécdota con otras anécdotas de followers. (¡gracias a ustedes, como siempre!!).

Hoy vuelvo al ruedo (espero que la chispa no se apague como el ultimo año) con una situación que vemos a diario: “el acomode de los huevos en la canasta”, si, y a no sonrojarse porque me gustaría saber cuantas se han hecho las distraídas y mirado hacia otro lado ante esa escena.

Palermo, sobre Avda. Santa Fe camino al banco, pensando en miles de cosas como siempre (¿valor del deposito?, ¿deje la canilla del lavadero cerrada esta mañana?, llamadas pendientes a clientes, contratos a redactar, ¿el gato quedo con comida suficiente y agua?, ¿esta noche que cocino?) cuando giro en la esquina con mi ritmo constante y me encuentro de frente, a unos cinco metros, y en todo su esplendor a un señor acomodándose (o rascándose, no se porque tendría que haberme quedado unos segundo mas mirando para saber la diferencia) tranquilamente los huevos mientras caminaba mirando las palomas revolotear un árbol y hablando con una señorita que iba junto a el… así de pancho el tipo.

Si bien no es la primera ni la ultima vez que veo esto y en situaciones de las mas diversas, al haber quedado tan “expuesto”, no pude evitar preguntarme si son o se hacen. Si, no puedo entender (tal vez por eso carecemos de testículos, aunque a algunas ya nos crecieron y a veces nos los ponen hasta las rodillas!!) que sea un gesto tan inconsciente como para que no se den cuenta de lo evidente que es para el resto del mundo, o al menos para nosotras, que no vamos acomodándonos las tetas en el pus-up, o rascándonos cuando el corpiño se corre y nos molesta, y ni hablar si nos “entangamos”.

Tengo un hijo varón, pero todavía no lo enganche en esta. Obviamente hoy queda sobre aviso de que si vamos por pleno Shopping y lo llego a verlo, va a escuchar un: - ¿que hacemos con la mano en la canasta???!! La verdad es que los pocos metros que me faltaban recorrer para llegar al banco los hice pensando en esto y finalmente me dije que tenia que compartirlo, porque como dudo de que algo cambie en este aspecto, al menos me siento mas aliviada compartiéndolo.

Obviamente que algunas al leer esto recordaran la situación de estar detenidos en un semáforo y la lamentable imagen de al menos un hombre hurgándose la nariz o la oreja, no? Pero bueno, eso será para otro lapsus que tenga en la vía pública seguramente. Hecho el descargo les saludo con atenta cordialidad como siempre y con las manitos sobre el teclado… donde las tendrían que poner algunos antes de tocarse la canasta (y no la familiar) no?