martes, 2 de diciembre de 2008

"Un nuevo hallazgo científico"


Recientemente leí un artículo publicado en un tradicional diario que me llamó a la reflexión. En él se comentaban algunas conclusiones surgidas de una investigación acerca de cómo algunos “malos hábitos” pueden convertirse en una especie de “alergia crónica” en la pareja y/o matrimonio.

Lo que familiarmente nosotros definiríamos como “Hábitos Repugnantes”, hoy los científicos lo denominan “Frecuencia Social de los Alergenas”.
Aparentemente, las mujeres tenemos ciertos hábitos irritantes como actitudes de posesión, facilidad para la crítica, tendencia a dar órdenes sin ser solicitadas, etc (¿¿es tan grave!!).
¿Y ellos? Si vamos a ser críticos y objetivos deberíamos ver cuán comunes son ciertos “hábitos masculinos” y tal vez de esta manera lo nuestro pase a ser un “pequeño detalle” que podría pasar perfectamente desapercibido.

A continuación algunos ejemplos para que entiendan de qué estamos hablando:

... “Borracheras ocasionales” y “ruidos corporales”, ¿qué tienen de gracioso para que los hombre lo festejen y/o justifiquen?
... ¿Es tan difícil entender que para irnos un fin de semana necesitemos dos valijas para nuestras cosas? Si ellos se arreglan con cuatro prendas locas, ok…
... ¿Qué tiene de malo demorar “5 minutos” más que ellos cuando nos arreglamos para salir? ¡¡¡qué poco considerados!!! ..
... Nuestro cutis es más delicado que el de ellos, y a veces suelen aparecer ciertas “imperfecciones”, pero ¿es necesario que con los ojos desorbitados nos señalen con el índice y digan: ¿¿¡¡Tenés un graaaaano!!??
... ¡Si nos prestan el auto, que sea “de corazón!”, porque no es justo que después tengamos que escuchar interminables reproches: “¿cómo podés manejar con el asiento pegado al volante?”, “¿podés decirme por qué reprogramaste la radio?”, “cómo llegaste hasta San Isidro con el freno de mano puesto?”, etc., etc.
... Esa manía de aprovechar que nosotras estamos caminando hacia… ¡justamente el lugar de la casa del que ellos necesitan algo! Y exactamente en ese momento les despierta el amor y “cariñosamente” nos llaman por nuestro sobrenombre: “ya que vas…”.
... ¿Qué tan difícil puede ser para el “hombre” leer el correo electrónico mientras les comentamos los gastos de servicios de la casa, supermercado, colegio, tarjetas, etc. que llegaron esta semana?
... Hoy día no podemos descuidar ningún detalle cuando de seguridad hablamos, nosotras velamos constantemente por nuestras familias. Naturalmente cuando llegamos a casa (o sea, ya ingresamos) cerramos… entonces, ¿por qué los enfurece tener que esperar a que les abramos la puerta cuando llegan ellos después?, ¿cuánto podemos demorar desde el toilette? ¿Es tal vez porque dejamos la llave puesta?
... ¿Existe algún hechizo que los convierta en invisibles? Entonces, ¿por qué piensan que nadie los ve cuando paran en un semáforo y no pueden dejar de “hurguetear” dentro de ciertos orificios? (puajjjjj!!)

¿Realmente puede existir una relación entre algunos de estos ejemplos y una separación y/o divorcio en malos términos?, ¿Acaso no dicen que lo más importante en la pareja es la comunicación? ¿¿¿¡¡De qué pueden culparnos si cuando nosotras queremos tener ese momento de reflexión con ellos justo están transmitiendo en directo la final del campeonato!!???