sábado, 5 de febrero de 2011

¡SE ME ROMPIÓ EL SECADOR!


Sí, luego de muchos años de servicio en el hogar, el pobre secador de pisos quedó como si hubiera pisado una mina en Kuwait....ya había cumplido su ciclo (bastante extenso, por cierto), con decir que hasta el palo (de madera, ex-escoba supongo) también declaraba mayoría de edad.
El caso es que fui a hacer la compra de perfumería/limpieza a un local de una cadena conocida y me acordé que tenía que reponer este elemento. Elegí uno y ya que estaba también elegí un mango nuevo, el evento lo ameritaba, entonces tuve el reflejo de elegir un mango color blanco porque me parecía diferente, lindo.. qué se yo! esas cosas del momento. Salí del local con mis bolsas y el palo en una mano, obviamente, porque no es “plegable”,
hasta ahora nada que llame la atención, salvo que cuando llego a la esquina, mientras estoy esperando que el semáforo me dé paso para cruzar la avenida, un señor muy correcto me mira y pregunta: - señora, ¿necesita que la ayude a cruzar?. Sorprendida por tal gesto, le agradecí al caballero con una sonrisa y me encaminé hacia la parada de colectivo rumbo a mi casa.
Allí fue cuando el segundo hecho hizo que meditara que estaba emitiendo un mensaje inconsciente. Una señora, que como yo estaba esperando, me dijo: -¿quiere que le avise cuando llegue el colectivo para que pueda subir? Nuevamente, con una sonrisa, le agradecí a la mujer su preocupación y mi neurona boba tocó el portero eléctrico. Sí, la gente creía que ¡¡¡era una ciega!!!!
Yo, que he visto muchas veces personas no videntes caminando, sé que el bastón que utilizan es notablemente más delgado que el palo de un secador, por lo que a pesar de las evidencias me costó entender el palo que llevaba en mi mano pueda ser un bastón.
Desde aquí quiero hacerles llegar mi más sincero y sentido agradecimiento a esta dos personas que de manera desinteresada y absolutamente solidaria, quisieron ayudarme aunque no fuera necesario.
Lo que rescato son dos cosas: 1- nunca sabemos quién nos tenderá una mano cuando lo necesitemos, podemos sorprendernos; 2- nunca, repito nunca, compren un palo para un elemento de limpieza ¡blanco!